La isla de El Hierro, con sus 268 km2, es la segunda más pequeña y la más occidental del Archipiélago de las Islas Canarias.

Este singular territorio, que fue declarado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera en el año 2.000,   vive principalmente del sector primario y de un incipiente turismo atraído no solo por sus bellezas naturales, sino también por el gran arraigo cultural y el modo de vida sencillo y tranquilo. Todo ello ligado y encaminado a continuar con un desarrollo sostenible de la isla.

A todos estos atractivos se suma un patrimonio geológico singular, que fue  reforzado   en el año  2011  por la erupción submarina frente a la  costa de La Restinga y que   dio lugar a un nuevo volcán, no emergido,  llamado Tagoro.

Este  hito geológico  motivó la puesta en marcha de un proyecto ilusionante  que culminó en el año 2014 con la declaración de la isla de El Hierro por la Unesco como Geoparque.

Los diferentes enclaves, valorados   desde el punto de vista científico, educativo, o por su carácter insólito o paisajístico,  se concretan en una serie de Lugares de Interés Geológico y Geozonas que, como testigos de piedra, nos relatan el origen de la Isla.

Hace 1,2 millones de años, la Isla de El Hierro emergió sobre el océano tras una larga historia de crecimiento submarino desde la superficie de la corteza oceánica de la placa africana. En su historia se han sucedido 5 edificios volcánicos: Tiñor, el Golfo y las tres dorsales o rifts.

La inestabilidad del edificio El Golfo y de las Dorsales, debida, fundamentalmente  a  su excesivo crecimiento y a la acumulación de material volcánico, hizo que se produjeran megadeslizamientos gravitacionales que dejaron grandes depósitos de estas avalanchas rocosas en el fondo del océano.

Como resultado, la Isla presenta tres impresionantes escarpes en forma de anfiteatro y abiertos al océano, y en los que se han colocado estratégicamente miradores desde los que observar el majestuoso valle de El Golfo, el arco de Las Playas, y El Julan,  parcialmente rellenos por sedimentos, piroclastos y coladas con una fuerte inclinación debidas a la actividad volcánica posterior. Ésta última formó, en ocasiones,  volcanes  como el Tanganasoga.

La presencia de estos tres anfiteatros en la conjunción entre cada dos de estas tres dorsales es lo que da lugar a la forma tan característica de pirámide de tres aristas que tiene la Isla de El Hierro.

Una de las estructuras más interesantes es la Falla de San Andrés.  Esta falla y otras relacionadas, que muestran sus superficies pulidas, lisas y estriadas,  son el vestigio geológico de que en este mismo lugar y hace centenares de miles de años, el flanco suroriental de la isla comenzó también a deslizarse, pero esta vez sin llegar a desgajarse del todo,   dejando la huella de esta drástica actividad  en la morfología del terreno.

En los escarpes producidos por estos deslizamientos y en los acantilados marinos podemos observar numerosos conos de piroclastos seccionados por la mitad, con su conducto de alimentación expuesto, lo que nos permite conocer a simple vista, la estructura interna de estos pequeños volcanes.

Otra de las peculiaridades más extraordinarias que atesora el Geoparque de El Hierro son sus espectaculares campos de lavas.

Algunos están formados por lavas de poco espesor, con superficies lisas o con profundas arrugas y pliegues. Aquí la lava en movimiento modificó plásticamente la superficie de la colada, moldeando increíbles formas orgánicas de sogas o cuerdas, que con razón reciben el sobrenombre de “lavas cordadas”.

Se trata de lavas muy fluidas, emitidas a altas temperaturas, que fueron capaces de recorrer distancias de varios kilómetros partiendo de fisuras y hornitos.

En estos paisajes de belleza insólita, podemos encontrar también algunos canales por donde ahora imaginamos el discurrir de la lava, o restos de tubos volcánicos, algunos de los cuales se conservan intactos y accesibles a su interior.

Todos estos Lugares de Interés Geológico que atesora el Geoparque de la isla de El Hierro son una fuente de conocimiento para la comunidad científica y un atractivo recurso paisajístico, accesible en su mayoría para locales y visitantes.

En la isla de El Hierro la geología está presente, se vive a cada paso. A través de una extensa red de senderos y miradores se puede disfrutar de la costa y de rincones increíbles en la montaña. Para los más curiosos, que desean además conocer cada detalle de la cultura, la historia, la biología, la geología, y en general todo lo que tiene que ver con el paisaje y el carácter de El Hierro, recomendamos visitar los diferentes Centros de Interpretación, que cuentan además con personal especializado.

Un patrimonio geológico de hace más de un millón de años al alcance de tu mano.  Vívelo.